miércoles, junio 06, 2007

Quien tiene la desgracia de verse esclavizado de esta mala costumbre debe poner el mayor esfuerzo en corregirse cuanto antes. Este vicio encadena fuertemente, cada vez es más difícil desligarse de él, y cuando tiene esclavizada a una persona, la envilece, la embrutece, anula su voluntad, destroza su carácter, perturba el desarrollo de su personalidad, debilita la fe, produce desequilibrio nervioso, hace egoístas e incapacita para amar a otra persona.

¿Qué producirá todo esto? ¿La heroína, la cocaína, el opio? ¡No! La masturbación. La Iglesia Católica, siempre atenta las necesidades de la juventud actual.

Ya sabéis niños/as, si no os queréis fastidiar la vida, no practiquéis el culto a Onán. Tomad drogas, son más sanas.

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