jueves, noviembre 18, 2004

Inauguración

Para inaugurar mi bitácora, tengo que anunciar algo que me entristece. He comprado lotería de navidad por primera vez.

No me gusta el azar, no es fácilmente predecible ni cómodo. No se ajusta a unas normas básicas o la simple lógica racional. El azar es lo que menos me gusta del extraño mundo donde vivo, donde comparto hábitat con subprogramas residentes (personas) con extraños y erráticos comportamientos tan dificiles de predecir.

Uno cree que siempre será un geek, un freak, o lo que se haya considerado hasta ese momento. Cree que puede abstraerse de la realidad y vivir en un mundo propio, creado con sus propias normas y reglas. Pero cuando todo esa ilusión se desmorona como un castillo de naipes, todo resulta tan vago.... Al final solo te queda William Gibson para ayudarte a recordar ese mundo que dejaste atrás.

Comprar lotería de navidad únicamente porque todos mis compañeros de trabajo lo hacen me resulta sumamente ofensivo en su mero concepto. Dejarse influir por la masa, la sociedad, el mundo (póngase aquí el vocablo generalista mas absurdo que se ocurra) para ir hacia un camino que tu te habías propuesto no seguir es francamente frustrante. Sobre todo para una personalidad rebelde hasta el límite.

Me había resistido a hacerlo, a comprar. Sin embargo las sutiles presiones ambientales al final se hacen, imperceptiblemente, demasiado poderosas, y caes. Dices: bah, por 20 euros, que se queden todos tranquilos y compro. Realmente es facil decir eso. Solo son 20 euros. No me voy a arruinar por comprar un décimo de lotería, pero esa decisión ha roto algo en mi interior.

Para una personalidad lógica, racional, sujeta a unas rígidas normas (pero inventadas), romper una de esas normas es bastante preocupante.

Sin embargo, otra vez contra viento y marea, me he comprado un coche negro. Es lo que siempre desee, y, aunque todo mi entorno se ha puesto en contra, me he comprado el color que me apetecia.

Una por otra, pero creo que no compensa.

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