domingo, agosto 07, 2005

El mundo es un pañuelo

Pues si señores. El mundo no es más que eso: un vulgar y extremadamente pequeño pañuelo.

Ha llegado el momento donde un círculo vital se cierra.

Veamos, yo fui al colegio con lo que ahora es, para mi, un director de cine pésimo, pero que para el resto del mundo es "la joven promesa del cine aragonés": Pablo Aragüés. No sé cuánto se le conoce fuera de Zaragoza, pero aquí es muy conocido por sus participaciones en los festivales de Jóvenes Realizadores Ciudad de Zaragoza. Sus últimas producciones son "Jinetes en la Tormenta", "Parking" o "Huida a Tocateja". Ahora acaba de terminar el rodaje de su primer largometraje, para deleite del Heraldo de Aragón, periódico aragonés al que parece pagar para que hablen de él. Quién sabe. Da la casualidad de que, por azares de la vida, estuve saliendo con hermana de uno de los primeros colaboradores del señor Aragüés, y vi todos los cortos que hizo desde los 14 años (si, con 14 años ya hacía cortos, la joven promesa).

Por mediación del hermano de la susodicha chica, conocí (conocimos, todo el grupo de amigos) a uno de sus más fervientes colaboradores, estudiante de Imagen en la Complutense y un enamorado del cine. Este chico me inició en los misterios del cine: la fotografía, la calidad técnica, como distinguir una buena dirección de una mala y un largo etcétera que me hizo creer (pobre de mi) que entendía algo de cine. Este chico me dijo, que al igual que la joven promesa aprendió todo lo que sabía de Nacho Vigalondo, al que llamaba Maestro Mentor. Tuve el honor de conocer al señor Vigalondo en uno de los festivales de cortos de Jóvenes Realizadores donde había ido en calidad de presentador, e incluso tuve el placer de conversar brevemente con el a la finalización del mismo. Sinceramente fue una de las mejores presentaciones que se han hecho en el festival. Un cachondeo de persona. Encantador. Incluso protagonizó el corto "Huida a Tocateja", supongo que movido por su amistad a la joven promesa

Un día descubrí el blog de Vigalondo, y desde entonces no he dejado de leerlo. Me parece extraodinariamente bueno, aunque me ha enseñado, junto con su corto 7:35 en la mañana que no se absolutamente nada de cine, por motivos que explicaré más adelante (de ahí el hecho que haya dejado de hacer reseñas cinematográficas en este mi blog).

Ahora bien, viene el señor Vigalondo, y me honra leyendo mi blog, e incluso posteando un comentario, interrelacionándolo todo para que se cierre el círculo. Le conocí cuando no le conocía (casi) nadie (¿quien conoce a un cortometrajista, aunque sea el mejor de España?) y el ni siquiera se acordará de mi, y ahora responde en mi blog toda una estrella mediática nominada a los oscar y miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes Cinematográficas de Hollywood. La cosa es tan.... circular, que no puede sino servir como inspiración para una clase de mi querido profesor Dans sobre los milagros que nos depara la blogosfera.

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