viernes, noviembre 03, 2006

Perseguir los sueños

El lunes me subí por primera vez a un verdadero escenario. Un enorme teatro con bastante gente (todas fans: nuestras madres, abuelas y hermanas) y yo leyendo un personaje del Tenorio. El personaje no me gustaba demasiado, y tuve que compartir atril con un tipo que hizo la otra mitad de mi personaje, pero no me puedo quejar.

Viendo las carreras de los actores a las que he podido tener acceso, veo que todos ellos empezaron con 3 o 4 años en anuncios porque les llevaban los papás a los castings(a ver si les ayudaban con la economía doméstica, imagino). Mis papás siempre se negaron a mercantilizar a sus hijos, y además nunca nos dieron educación artística alguna (salvo viajes, viajes a mansalva a toda Europa). Así que con 25 años me he subido por primera vez a un escenario, y me he dado cuenta de que no me quiero bajar. Quizás sea muy tarde, si es que algún momento es tarde para empezar a perseguir tus sueños. La verdad es que no lo sé.

Pero lo que si sé es que lo voy a intentar. De hecho, ya lo estoy intentando, y eso me sube la moral. Ya no estoy deprimido, veo un futuro. Un futuro incierto, un futuro en el que todo puede pasar, un futuro que me aleja de la aterradora combinación mujer+hijos+hipoteca+coche+domingoEnIkea.

Muchas veces he pensado que mis reflexiones filosóficas no me llevaban a ninguna parte, que era una manera de rallarme innecesariamente la cabeza. Muchas veces también me lo han dicho: que tenía que dejar de pensar tanto y disfrutar de las cosas tal y como vienen. Creí que estaba equivocado por plantearme hasta los cimientos mismos de mi existencia. Pensaba que era eso lo que me provocaba mis depresiones. Pero ahora me doy cuenta de que lo que me deprime es un tener un trabajo fijo, encerrarme en una oficina de 9 a 5 un dia, y otro, y otro, y otro y saber que el siguiente, y el próximo y la semana que viene también será así hasta la llegada de la combinación mortal descrita en el anterior párrafo.

Me he esforzado por no ser un joven fracasado según unos valores inculcados, y parece que lo he conseguido. Pero mis valores han cambiado, y si sigo así sí que seré un auténtico fracasado, desde luego no para la sociedad, pero sí para mi mismo. La gente que se queda en su sitio, que no aspira a nada, que aguanta todo lo que le echen para poder disfrutar lo máximo posible en su tiempo libre me parecen los auténticos fracasados.

Si, ya sé que esto parece una reflexión del Ezcritor, pero coño, es que está en mis favoritos porque pensamos exactamente igual sobre según que cosas.

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